Llegó la segunda práctica de la asignatura. En este caso conocimos a Belén Rueda, la profesora encargada de organizar y controlar toda la asignatura de gimnasia rítmica. Prácticamente toda la parte de la sesión giró en torno a como las emociones cambian nuestra expresión corporal. El primer ejercicio consistió en caminar en círculo unos en dirección contraria a otros, y en saludarnos en el momento de cruzarnos unos a otros diciéndonos hola según nos indicaba la profesora: de forma triste, educada y finalmente alegre. Continuamos la sesión realizando el juego del "espejo" en el que por parejas un compañero ponía la mano extendida y con nuestra cara teniamos que mostrar a la mano emociones de tristeza, alegría, etc, según nos indicaba Belén.

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A continuación realizamos un ejercicio que consistía en realizar una representación teatral donde se mostrara la emoción de la ira y del miedo, para finalmente mostrar la emoción de sorpresa. Cada grupo tenia que mostrar la emoción sugerida mediante una representación gráfica con una figura grupal. Para terminar la sesión, volvimos a realizar un ejercicio de relajación que nos ayudó a evadirnos un poco del día a día y a bajar nuestras pulsaciones.

Concluimos esta clase con el aprendizaje que nos deja la sesión, en el que según nuestro estado de ánimo o emoción, así será nuestra expresión corporal.

 

Con esta experiencia deducimos y asimilamos lo difícil que es mostrar una expresión corporal distinta a la emoción que sentimos, y aprobamos el dicho de que "la cara es el espejo del alma".